Los europeos, más preocupados por la seguridad en Internet que nunca.
Más de la mitad de los ciudadanos desconoce los ataques más habituales que pueden sufrir en sus dispositivos móviles.La privacidad de la información clínica se enfrenta a la necesidad de saber si el trabajador está vacunado para una vuelta gradual a la oficina.
Madrid, 26 de octubre de 2021– Unisys ha presentado la 15ª edición anual de su Índice de Seguridad, que muestra cómo los ciudadanos de todo el mundo están hoy más preocupados que en los últimos quince años. La mayor preocupación que muestran es la relacionada con la seguridad en Internet (en la que se incluyen virus informáticos o robo de información). Las inquietudes sobre la seguridad financiera también han crecido en la última oleada.
Más concretamente, el fraude de identidad (que preocupa a la mitad de los europeos), que se cometa fraude con la tarjeta de crédito (que afecta al 47% de los encuestados) o que entre un virus en un dispositivo personal (que inquieta al 46%) son las mayores preocupaciones de los ciudadanos europeos ahora mismo. La seguridad nacional, por su parte, preocupa a cuatro de cada diez europeos, la misma cifra que muestra temor ante un posible desastre natural o a los problemas en el comercio electrónico. Los que tienen miedo de no llegar a fin de mes son el 35% y los que se angustian por su seguridad personal solo llegan al 34%.
El Índice de Seguridad de Unisys es el informe sobre las preocupaciones de los consumidores en todo el mundo más antiguo de la industria. En la edición número 15, Unisys consultó en julio de 2021 a 11.000 ciudadanos de todo el planeta –más de 5.000 europeos- sobre las preocupaciones relacionadas con la seguridad nacional, personal, financiera y de Internet, que sitúa luego en una escala de 0 a 300, donde 300 es un nivel máximo de preocupación. En la edición de 2021, el índice se sitúa en 162.
De acuerdo con los datos del estudio de Unisys, los ciudadanos europeos son más optimistas en lo que respecta a su seguridad que los americanos, pero en todos los países se observó un alza en la inquietud relativa a la seguridad en Internet. Precisamente en lo que se refiere a seguridad de Internet, la mayoría de los europeos admite, a pesar de sus preocupaciones, que no conoce las amenazas más básicas, lo que pone en riesgo no solo su información personal sino la de sus lugares de trabajo, sobre todo en entornos laborales híbridos o de teletrabajo.
Por ejemplo, más de la mitad de los europeos (56%) muestra un importante desconocimiento sobre algunas de las técnicas más utilizadas por los criminales, como el phishing a través de SMS (solicitud de información personal o financiera a través de mensajería de texto); de la misma manera, cuatro de cada cinco europeos (82%) no saben qué es el SIM jacking (cuando el ciberdelincuente controla la tarjeta SIM del teléfono móvil que ha sido víctima del ataque desde uno propio). Además, tres cuartas partes de los encuestados (78%) no sabrían qué hacer o cómo denunciar un ataque de este tipo.
Enfrentamiento entre privacidad sobre el historial médico y COVID-19.
El Índice muestra también una creciente tensión sobre la privacidad de los datos. Ahora que los trabajadores europeos están volviendo a la normalidad en el puesto de trabajo, pocos europeos aceptan que sus empresas monitoricen su actividad digital. Solo un tercio acepta que se vigilen las horas de conexión y uno de cada cinco prefiere que no se controlen los tiempos de respuesta ni siquiera si se trata para resolver una incidencia informática. Siete de cada ocho europeos no se sienten cómodos con el uso de elementos biométricos, como el reconocimiento facial, en el uso de ordenadores de forma remota
También existe controversia sobre la posibilidad de que la empresa pueda saber si los trabajadores se han vacunado o no contra la COVID-19. Los niveles de acuerdo sobre este aspecto varían entre países, por lo que las medidas para fomentar la vuelta a la oficina y su impacto en el negocio son diferentes por países y no solo afectan a las decisiones de los Gobiernos en lo que respecta al uso de pasaportes de vacunación. Por ejemplo, en Alemania, el 39% de los encuestados sitúa la prioridad en la privacidad y el 38% en la trazabilidad de los empleados vacunados.
“Las líneas que separan la seguridad en casa y en el puesto de trabajo son cada vez más difusas, por lo que las empresas tienen que ser conscientes de que para proteger a los profesionales hay que dar un paso más allá de la seguridad tradicional e incorporar dispositivos domésticos”, afirma Salvatore Sinno, director del área de innovación en ciberseguridad en Unisys. “El mundo híbrido en el que vivimos actualmente implica que los usuarios busquen las mismas experiencias en casa y en el trabajo, y esto significa que muchos trabajadores se verán tentados a utilizar en el trabajo aplicaciones y programas que les son útiles en su día a día en casa, pasando del antiguo BYOD –trae tu propio dispositivo- al BYOA –trae tus propias aplicaciones- y yo añadiría ‘y todos los riesgos que ello comporta para la empresa’. Es decir, el paradigma de la seguridad en la empresa ha cambiado y las organizaciones deben estar más preparadas que nunca para mitigar las crecientes amenazas”.
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